Las competencias digitales y el mercado laboral.
María Fernanda Núñez Uzcátegui.
Hoy en día es necesario adaptarse a las diversas exigencias de la Era
moderna, la globalización y los constantes cambios que surgen fruto de una sociedad
que avanza tecnológicamente a pasos agigantados. En este sentido, el mercado de
trabajo y su consecuente digilitación, representan una excelente oportunidad
para la mejora de los perfiles profesionales, adquisición de un valor añadido a nuestra candidatura y la
consecuente aprehensión de conocimientos que aporten mayor competitividad a la
empresa.
La tecnología se ha integrado en nuestra cotidianidad y en nuestro entorno
laboral, y así queda patente en la nueva clasificación acuñada actualmente, de
las nuevas generaciones, más bien conocidas como milenials (inicio de la digitalización), la generación z (expansión
de internet) y la generación postmilenial
(llevan las nuevas tecnologías e internet en su ADN).
Según
fuentes del Ministerio de Educación, se
dice que La competencia digital (CD) es aquella que implica el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías
de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados
con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la
inclusión y participación en la sociedad.
En este contexto, resulta oportuno definir las competencias digitales como
la disposición de aprender y desarrollar habilidades
tecnológicas, así como también, la adquisición de conocimiento,
valores, actitudes, normativa y ética sobre las TIC para sacarles
el máximo partido de ellas dentro del ámbito laboral – empresarial.
En pleno siglo XXI es fundamental potenciar en las
futuras generaciones, el desarrollo de diversas
destrezas que tienen que ver con el acceso a la información, la comunicación,
la curación de contenidos, la seguridad en la red y la resolución de conflictos
en las distintas esferas de la cotidianidad.
Hacer un uso habitual
de los recursos tecnológicos disponibles con el fin de resolver los problemas
de índole social, laboral o afectivo de
un modo eficiente, así como evaluar y seleccionar nuevas fuentes de información
e innovaciones tecnológicas útiles , a medida que van apareciendo, en función
de su utilidad para acometer tareas u objetivos específicos, requieren de un
entrenamiento en valores, ética y
actitudes que le permitan el correcto discernimento y aplicabilidad
correcta en cada situación.
La adquisición de
estas competencias requiere que el
usuario esté al tanto de las
nuevas necesidades establecidas por las tecnologías, su apropiación y
adaptación a los propios fines y la capacidad de interaccionar socialmente en
torno a ellas.
Se trata de
desarrollar una actitud activa, crítica y realista hacia las tecnologías y los
medios tecnológicos, valorando sus fortalezas y debilidades y respetando
principios éticos en su uso. Por otra parte, la competencia digital implica la
participación y el trabajo colaborativo, así como la motivación y la curiosidad
por el aprendizaje y la mejora en el uso de las tecnologías.
Ventajas de las
competencias digitales en el mercado laboral.
―
Reducir tiempos y costes. Suponiendo la entrega de proyectos dentro de los
plazos y parámetros de calidad establecidos de antemano, respetando además el
presupuesto y los requerimientos originales.
―
Agudizar el uso de la reflexión, la creatividad y la innovación. Las
competencias digitales nos hacen ser más
productivos, más flexibles y más capaces para reaccionar y anticiparnos a los
imprevistos.
―
Administrar la identidad digital corporativa con sentido. La digitalización
nos dota de conocimientos, inteligencia de negocio y análisis de la
competencia, dándonos criterio para mover la información y ayudar al
posicionamiento de la marca.
―
Fomento del trabajo colaborativo. Las competencias digitales, permiten que
podamos prescindir de espacios físicos para trabajar y por ende, facilitan la
coordinación grupal.
Por otra parte, la tecnología tiene el potencial de ser una
herramienta que permite a la mujer empoderarse, brindando
ayuda en la superación de las desigualdades y el descubrimiento de nuevas
oportunidades. La educación en competencias digitales es,
sin duda, la mejor forma para vencer este desafío. La digitalización no
está reñida con los avances sociales y económicos.
En España se observan datos optimistas respecto a la
alfabetización digital de las mujeres, respecto a la media de los países de la
Unión Europea en todos los grupos de edad y niveles de estudios. Pero si
hablamos de paro, se observa que las cifras de España son muy superiores a las
de la media europea, ya que la tasa de paro es del 48%, mientras que en la UE
es de un 20%. Por ello, no es seguro que una elevada inclusión
digital, garantice igualmente, un elevado crecimiento económico. Lo cual nos
hace reflexionar acerca de todo lo que queda por hacer en cuanto a la
incorporación real y efectiva de ciertos colectivos (jóvenes menores de 30 años
o mayores de 45 años) a una verdadera inserción laboral.
Todo esto nos hace reflexionar acerca de que son muchas
las variables que determinan una inserción laboral efectiva de ciertos
colectivos, pero es cierto que en la Era digital, es preciso cubrir con algunas
expectativas que cada vez son más valoradas y exigidas por las empresas, en
este caso concreto, podemos distinguir que un profesional para ser eficiente y
competitivo debe poseer algunas de estas competencias digitales que enunciamos
a continuación:
1. Saber buscar y encontrar información y
resultados exigidos dentro de la web, sabiendo discriminar la veracidad y
relevancia de los mismos (Clasificación y curación de contenidos).
2. Llevar una gestión ordenada de cada uno
de los datos encontrados, aún más si entrañan cierto carácter privado o
comprometedor dentro de la esfera de la empresa.
3. Sacar el máximo provecho a las sinergias
surgidas por los diferentes entornos digitales y sus plataformas, así como ser
capaz de ejercitar una interacción ágil dentro de las RRSS.
4. Netiqueta, que no es otra cosa que estar
al tanto de las normas y conocimientos digitales, mientras se interactúa en
entornos tecnológicos – virtuales.
5. Trabajo colaborativo. Se trata de
potenciar la colaboración a través de entornos digitales, para la adquisición
de conocimientos y contenidos útiles con o sin fines de lucro.
6. Crear y gestionar varios perfiles en
redes sociales y saber cuidar nuestra identidad digital y no poner en riesgo la de otros.
7. Estar al tanto y respetar los derechos
de autor y protección de datos vigentes según las diversas normativas.
8. Tomar las medidas oportunas para evitar
riesgos de seguridad informática y visualización de contenidos inapropiados.
9. Despertar nuestra conciencia hacia un
uso creativo de las nuevas tecnologías y estar al tanto de las innovaciones que
se sucedan y se consideren de utilidad para nuestro entorno laboral o empresarial.
10. Ser responsables en cuanto al impacto medioambiental que generan las nuevas
tecnologías en el medio ambiente.
Mediante este breve artículo nos hemos
aproximado al papel cada vez más relevante de las nuevas tecnologías y
las competencias digitales, dentro de nuestro día a día y del mercado laboral,
con el fin de propiciar una breve reflexión acerca de sus usos y sus ventajas
tanto en el presente, como en los días que vendrán.
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